Jose Boschini-Malavassi

Explora el recorrido de Jose Boschini-Malavassi en política, innovación y políticas públicas: ideas y experiencia que impulsan un cambio significativo.

Los retos de la innovación como política pública en Costa Rica

José Boschini-Malavassi | INCATRAZ 2022

El progreso humano se ha dado gracias a las innovaciones. El ser ha logrado salir de la famosa cueva de Platón para aterrizar en la luna prácticamente 2,350 años después. A lo largo de la historia hasta el presente–sea cual sea–se han cometido actos despiadados contra los mismos humanos y también en contra de su propio hogar: la Tierra. Los retos de la innovación deben de estar enfocados en función de un balance entre los deseos ilimitados del ser y los recursos escasos. ¿Cómo enfocar estos retos de las innovaciones por medio de políticas públicas en Costa Rica, cuando se entiende que las innovaciones son el motor de la económica y la sociedad?

Primero que todo, se necesita establecer que existen al menos cuatro tipos de innovaciones bases: incremental, modular, arquitectónica y disruptiva. El Mundo ha cambiado radicalmente gracias al último tipo de innovación, la disruptiva. Este tipo de innovación cambia y altera todo lo que se conoce, es algo nuevo. Se puede hablar sobre la bomba atómica como algo innovador, pero eso sería realmente el instrumento, donde más bien es la manipulación de los átomos de tal manera que se produzca la fisión del núcleo del átomo y se manifieste en una explosión. Esta manipulación de los átomos es la innovación, donde gracias a ella se cuentan con máquinas de resonancia magnética–donde estas máquinas son otro tipo de innovación más de tipo arquitectónica–. Se puede afirmar que las innovaciones asustan al ser humano, más con lo anteriormente mencionado. Por un lado, la creación de un arma de destrucción masiva y por otro lado un aparato que sirve a la ciencia, pero inclusive el MRI puede tener una connotación negativa porque se le asocia con los padecimientos de cáncer y por ende la muerte. El miedo a la innovación es que las nuevas tecnologías vengan a eliminar miles de millones de trabajos–que el ser humano sea desplazado por máquinas–, que exista tal disrupción que se pierdan los valores intrínsecos de la humanidad y más bien el ser pase a ser máquina, o que más bien–en casos extremos–que las máquinas aniquilen al ser. Si bien esto suena a un caso de ciencia ficción al mejor estilo de Frank Herbert, la realidad es que el ser humano es miedoso y cobarde por naturaleza–más o menos así lo describió Montesquieu en El Espírito de las Leyes–. Por ende, las innovaciones como política pública pueden ser prácticamente descartadas ad-portas.

En segundo lugar, se debe de entender el fin de las políticas públicas como tal y cómo funcionan en Costa Rica. Las políticas públicas “son un curso de acción propositivo establecido para responder a un problema o un conjunto de problemas de interés público que atañen a personas o colectivos de la sociedad” (MIDEPLAN, 2019). Si realmente el curso de acción es para responder a un problema–o conjunto de ellos–para mejorar el desarrollo de una sociedad, ¿no será posible que se esté refiriendo a innovación?

El ser humano es temeroso de los cambios, como dice el dicho, mejor diablo conocido que nuevo por conocer. Este temor en políticas públicas se puede traducir a barreras arancelarias en contra del comercio internacional, elevados impuestos a ciertas industrias, prohibiciones parciales o totales en ciertas áreas. Este temor proviene de aquellos que ven amenazada su industria, su negocio, su forma de comer y de andar. Es un hecho natural del ser humano, pero no se deben de anteponer los privilegios de unos pocos contra el bienestar colectivo de la sociedad. En otras palabras, aquellos que han formado argollas y han incidido en las políticas públicas para mantener el estatus quo atentan contra la innovación y el desarrollo económico.

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Ahora bien, como tercer punto, para ampliar el tema de las políticas públicas y la traba hacia la innovación, Costa Rica mantiene políticas muy celosas en el tema del agro. Como lo expone el estimado profesor Alberto Trejos “[e]l país tiene en la agricultura una enorme oportunidad (…)” y “[l]a apertura comercial ha inducido … un aumento significativo en la productividad”. Se menciona que en Costa Rica se le está dedicando menos trabajadores por hectárea cuadrada al agro, pero la producción ha venido aumentando. El reto que se enfrenta Costa Rica son las protecciones a diferentes productos como el arroz–recientemente el aguacate–. Si bien el camino a los infiernos está plagado de buenas intenciones, el proteccionismo del arroz en particular se dio para proteger a alrededor de 800 pequeños productores, pero este proteccionismo “se mantuvo durante la bonanza [de los] precios” internacionales. Esta política pública en particular ha tenido consecuencias fuertes en contra de la economía. Existe una inconsistencia con los compromisos internacionales; no hay promoción de la productividad–no hay innovación– ya que es bien sabido de que el ser humano descansa en el período de abundancia y se siente cómodo–vago–; algunos productores tiene rentas extraordinarias y apenas 33 productores acaparan el 50% de estas; y desde luego que existe un castigo fuerte hacia las clases sociales más vulnerables aumentándosele la canasta básica en más de un 8% (Trejos, 2008). Entonces, ¿se puede afirmar que existe una contradicción con la misión de las políticas públicas y el accionar de las mismas? Lo que es cierto es que la industria del agro no se debe de menospreciar ya que representa el 6,7% del producto interno bruto total de la economía costarricense (Mora Ramirez, 2021).

De cuarto lugar se pretende explorar la pregunta inicial ¿Cómo enfocar estos retos de las innovaciones por medio de políticas públicas en Costa Rica? Cuando se evalúa todo lo mencionado con anterioridad–a modo resumen–, los grandes agricultores tienen el control de las políticas públicas en el país y estos no están dispuestos a que las innovaciones se den de forma natural. ¿Será esto del todo verdad? En un artículo escrito en mayo del año pasado, se ha demostrado como la agricultura más bien se ha reinventado a pesar de la pandemia. Gracias a las nuevas tecnologías y la facilidad de crear comercios por medio de plataformas móviles, la forma de vender los productos agrícolas se ha reinventado para un mundo donde el contacto físico debe de limitarse para minimizar los contagios. La idea conocida como “la caja del agricultor” de la Corporación Hortícola Nacional se adaptó de manera pronta para atender la gran demanda que existe por los productos de la canasta básica. Dicho sea de paso, vale la pena recalcar que los agricultores costarricenses producen el 70% de la canasta básica. Entonces, no precisamente existe una oposición sino más bien un sentido de reinvención por parte de los agricultores. De hecho, el artículo finalmente menciona que se insta a que cualquier agricultor que tenga alguna finca la convierta en un agronegocio (O’Neal Coto, 2020).

Otro ejemplo de reinvención que vale la pena resaltar son las huertas urbanas. Estas nacen también por el miedo de que los alimentos escaseen, y este es un problema conocido como inseguridad alimentaria. Rápidamente, según la FAO, la seguridad alimentaria es “cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades dietéticas y preferencias alimentarias” (Food and Agriculture Organization, 2006). La idea de las huertas urbanas ha fomentado la producción y el consumo local del ajo criollo, lo cual propone una mejora económica. La intención de las huertas es contar con una medida inmediata para el autoabastecimiento. La propuesta es fomentar la economía circular y el consumo local (Alfaro Aráuz, 2020)
. Finalmente, otro ejemplo que demuestra que sí se está pensando en la innovación es el tema de las granjas verticales, terminología acuñada desde 1999. Esta es una innovación arquitectónica que trata de llevar las huertas urbanas a una forma vertical dentro de los espacios urbanos conglomerados, entiéndase el centro de San José de ejemplo (Pensis, 2020).

De este tema en particular se estará indagando más a fondo próximamente. Por ahora, se puede concluir que los retos de las innovaciones como política pública recae en las intensiones de los grandes industriales costarricenses. Si bien sus intenciones pueden ser “buenas” a la hora de fomentar el consumo local, no es precisamente necesario prescindir de ellos para fomentar la innovación. Esta se da de una manera natural, como bien se ha explorado anteriormente, y se manifiesta por la demanda de la canasta básica y, desde luego, por una situación anómala como lo es la pandemia. Asimismo, algunas de las falsas promesas del proteccionismo es inventar falacias para proteger el capital propio de los agroindustriales como lo fue el tema del aguacate (Arias, 2021). En resumen, los retos de la innovación recaen en el balance de las políticas públicas dictadas, no como anteriormente se escribió que sería entre los deseos ilimitados–ganancias de los agroindustriales– y los recursos escasos–la escasez de alimentos de la canasta básica–.

Si bien se ha contestado cuál es el reto primordial de la innovación como política pública en Costa Rica, como quinto y final argumento, se indaga el tema de las granjas verticales a profundidad y por qué este puede ser elreto de una política pública pro-seguridad alimentaria. En primera instancia se necesita aclarar que las innovaciones en el tema del agro–con base en los ejemplos que se han mencionado–son de tipo arquitectónico. En segunda instancia, algunos ejemplos no explorados como la agricultura de precisión vienen a ser innovaciones de tipo incremental donde se refuerzan los componentes de la agricultura como se conoce y tienen un impacto positivo y constante al mejorar las cosechas por medio del uso de datos.

Smart robotic farmers in agriculture futuristic robot automation to vegetable farm

Tal vez las tecnologías utilizadas para aplicar la agricultura de precisión son totalmente nuevas, como el uso de drones agrícolas, pero el hecho es que la agricultura se sigue aplicando sobre la tierra. Lo realmente disruptivo es pensar en una granja vertical, donde–como menciona el proponente–se le pueda devolver a la Tierra lo que le pertenece y brindarle un respiro al Mundo del uso excesivo e indiscriminado del suelo. Como se ha mencionado reiteradas veces, el miedo a las innovaciones provienen de que los trabajos se desplacen, y precisamente ese es el gran miedo de las granjas verticales. La disrupción que crean las granjas verticales como sistema innovador es precisamente eliminar los cultivos en tierra y trasladarlos a espacios urbanos de forma industrial, donde los pequeños agricultores desaparecerán–teóricamente hablando–.

Las granjas verticales, por ende, presentan la mayor disrupción contra la agricultura tradicional en un mundo donde la demanda por los alimentos es cada vez mayor. La población humana está creciendo a un ritmo sumamente acelerado y consigo el calentamiento global amenaza la movilización de millardos de personas. Es un hecho del que no hacer nada al respecto, muchas zonas agrícolas quedarán desprotegidas y los cultivos cesarán, pero también el uso irracional del agua para atenderles es injusto. Existe, por ende, una encrucijada con el tema agrícola. Ahora bien, ¿cuáles ventajas ofrecen las granjas verticales? Por mencionar algunas: el obvio ahorro del consumo de agua–hasta en un 95% o algunos casos 99%–; el hecho de que se estaría trabajando en un ambiente controlado, por ende, libre de plagas–plaguicidas–; el también mencionado tema de devolverle a la Tierra su suelo el cual se puede reforestar; la reducción de costos de producción; alimentos más nutritivos debido a que en el campo a veces ocurre lo que es la sobre producción del campo lo que hace que las plantas compitan–modo sobrevivencia–por los nutrientes, donde en cambio en una granja vertical los nutrientes son brindados de manera individual para cada planta (Despommier, 2010). ¿Cómo esta innovación no va a ser disruptiva, cómo no va a ser amenazante? La idea de que los agricultores costarricenses sean desplazados del campo a la ciudad es inconcebible, mucho menos como una política pública.

En el documental llamado Food Inc., de Robert Kenner, se explora como los grandes agroindustriales tienen el completo control de la cadena de suministro de alimentos en los Estados Unidos, desde las granjas hasta donde se venden los alimentos. Se habla de cómo estas megacorporaciones tienen el control de las políticas públicas que giran entorno al agro. Existe un paralelismo preciso sobre ese tema en particular de lo que sucede en EE. UU. y lo que sucede en Costa Rica. Desde luego es solamente en el tema de las políticas públicas y el poder que ejercen los grupos de poder en Costa Rica–las argollas–, no en el resto de lo que menciona el documental. Es aquí precisamente donde se quiere argumentar de que algo similar puede o está sucediendo en Estados Unidos con el tema de las granjas verticales. Este mercado es creciente y apunta a ser una industria global valorada en $10.4 millardos para el 2027; sin embargo, gracias a la pandemia, la industrial se estaba valorando para el año 2020 en $3 millardos y ahora esta cifra más bien ha cambiado a $10 millardos; significando un crecimiento de casi un 350% en un año (NASDAQ OMX Corporate Solutions, Inc., 2020). Asimismo, en Europa existe un crecimiento exponencial sobre el tema de las granjas verticales, convirtiendo esta industria en $520.88 millones cuando la proyección era de tan solo $89.72 millones para el 2019 (NASDAQ OMX Corporate Solutions, Inc., 2021). Existe una amenaza directa contra las grandes mega corporaciones gracias a la innovación.

Tiene sentido si existe oposición a crear una política pública que favorezca las granjas verticales. Por otro lado, se quiere agregar también algunos de los motivos para rechazar esta innovación por parte de los agroindustriales costarricenses. La Tercera Ley de Newton menciona que toda acción tiene una reacción, y hablando en términos de granjas verticales estas también poseen características negativas. Por un lado, el gran costo de implementar una granja vertical a nivel industrial es astronómico. Aquí se contempla la construcción del lugar físico, la distribución de los sistemas de luz y agua, y todo esto más bien genera mayores cantidades de gases de tipo invernadero (GHG) que aquellos plantados en la tierra. Si bien físicamente hablando las granjas verticales son resilientes ante el cambio climático, los GHG contribuyen al calentamiento global. Por otro lado, la distribución de los alimentos de las granjas verticales por medio de tráileres diésel deja una mayor huella de carbono que si los alimentos son cultivados de la manera tradicional. Aproximadamente, se producen 0.31 libras de CO2 por cada unidad de producto terminado en el método tradicional de siembra versus al sistema de transporte de contenedores de las granjas verticales que es 8.19 libras de CO2 (Amidi-Abraham, 2021). La diferencia es abismal.

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Desde luego se puede contra argumentar de que si se utiliza la energía solar para alimentar las granjas verticales la huella de carbono tendría más bien un efecto positivo. Asimismo, la utilización de vehículos autónomos eléctricos para el transporte del producto terminado contribuiría profundamente a reducir la huella de carbono. Finalmente, de igual forma se puede contra argumentar que se puede perfectamente contratar a los agricultores tradicionales para las granjas verticales. En conclusión, el mensaje clave es que la innovación siempre será vista con ojos de terror, pero no se puede privar a las políticas públicas obedecer a los intereses socioeconómicos personales de los grandes industriales. Si se enfocaran los esfuerzos políticos para promover micropolíticas públicas en zonas rurales de reconquista de los espacios públicos por medio de las granjas verticales, se puede brindar una actividad económica viable, fomentar el autoabastecimiento y el consumo local (Boschini & Sosa, 2020). Las innovaciones sí son el motor del desarrollo económico y su gran reto es convencer a los usuarios porqué se debe de evolucionar.

Gracias

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Referencias Bibliográficas

Platón. (1992). Alegoría de la caverna. . From UNSAM: https://www.unsam.edu.ar/escuelas/ciencia/docs/Platon%20El%20mito%20de%20la%20caverna%20-%20Admisi%C3%B3n%20IEU.pdf

MIDEPLAN. (2019, Abril 26). Políticas Públicas. From MIDEPLAN: https://www.mideplan.go.cr/politicas-publicas

Trejos, A. (2008). Algunos apuntes sobre el agro costarricense. From CEPAL: https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/presentacion_alberto_trejos.pdf

Mora Ramirez, S. (2021, marzo). Indicadores Macroeconómicos. From Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA): http://www.sepsa.go.cr/docs/2021-002-Indicadores_Macroeconomicos_2017-2021.pdf

O’Neal Coto, K. (2020, Mayo 16). La agricultura costarricense se reinventa frente a la pandemia del Covid-19.From UCR Noticias: https://www.ucr.ac.cr/noticias/2020/05/16/la-agricultura-costarricense-se-reinventa-frente-a-la-pandemia-del-covid-19.html

Food and Agriculture Organization. (2006, Junio). Food Security. From FAO.org: https://www.fao.org/fileadmin/templates/faoitaly/documents/pdf/pdf_Food_Security_Cocept_Note.pdf

Alfaro Aráuz, D. (2020, mayo 13). Huertas urbanas: autoabastecimiento durante la pandemia por el Covid-19.From UCR Noticias: https://www.ucr.ac.cr/noticias/2020/05/13/huertas-urbanas-autoabastecimiento-durante-la-pandemia-por-el-covid-19.html

Pensis. (2020). Granjas verticales, la nueva forma de cultivar. From TEC Pensis: https://www.tec.ac.cr/pensis/articulos/granjas-verticales-nueva-forma-cultivar

Arias, J. (2021, septiembre 20). Conflicto por aguacate mexicano se zanjará antes de terminar el 2021. From El Observador: https://observador.cr/conflicto-por-aguacate-mexicano-se-zanjara-antes-de-terminar-2021/

Amidi-Abraham, D. (2021, enero 20). CALCULATING THE CARBON FOOTPRINT OF VERTICAL FARMING AND TRADITIONAL FARMING . From Agritecture: https://www.agritecture.com/blog/2021/1/20/calculating-the-carbon-footprint-of-vertical-farming-and-traditional-farming

Despommier, D. (2010). The Vertical Farm: Feeding the World in the 21st Century. New York: Macmillan Publishers.

NASDAQ OMX Corporate Solutions, Inc. (2020, julio 10). Global Vertical Farming Industry: Global Vertical Farming Market to Reach US$10. 4 Billion by the Year 2027. Amid the COVID-19 crisis, the global market for Vertical Farming estimated at US$3 Billion in the year 2020, is projected to reach a revised size. From https://www.proquest.com/wire-feeds/global-vertical-farming-industry/docview/2421625105/se-2?accountid=41712

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